Patrimonio Cultural de la Humanidad y una de las más importantes atracciones de Cartagena, las Murallas son un tesoro invaluable que no sólo han resistido los embates del tiempo, la naturaleza y los invasores en los días de la colonia, sino también al abandono que las acompañó durante un largo tiempo antes de que su valor fuera reconocido.
Construidas para infundir miedo en los enemigos y mantenerlos alejados, hoy en día las Murallas son un símbolo de Cartagena que invita a los viajeros a adentrarse en una ciudad llena de detalles únicos y los arropa con todo el calor humano de La Heroica.
Tiempo de construcción
Aproximadamente se necesitaron dos siglos para que esta majestuosa estructura fuera terminada. La construcción inició el 8 de septiembre de 1614, cuando por orden del rey Felipe III, el gobernador Diego de Acuña y el arquitecto Cristobal de Rodas pusieron los primeros cimientos para levantar una maravilla de la ingeniería militar que actualmente todos podemos recorrer y disfrutar.
Días de guerra en las Murallas
La necesidad de protegerse de sangrientas incursiones, como la protagonizada por el inglés Francis Drake en Bocagrande, con la que quedaba en evidencia la vulnerabilidad de la ciudad, obligaron a la corona a ejecutar esta monumental construcción. Ya durante su edificación, de nuevo un inglés, Edward Vernon, protagonizó una épica lucha, cuando en 1739 intentó invadir Cartagena en compañía de 23 mil hombres y con una flota de 180 barcos. A pesar de que el cordón amurallado aún no estaba terminado, la ciudad pudo resistir y salir victoriosa de manera heroica con únicamente 5000 hombres y 6 naves.
¿Cómo se construyeron las Murallas?
El historiador Germán Bustamante menciona al arquitecto de descendencia italiana, Carlos de Roda Antonelli, como el encargado de la primera etapa de construcción. Les tomó 15 años terminar la parte inicial en la que se levantaron 15 baluartes con una clara influencia del estilo italiano.
Mientras resistían las inclemencias del clima y otras invasiones piratas, la linea de defensa se complementó con el magnífico e imponente Castillo de San Felipe, así como por un conjunto de escolleras submarinas ubicadas en la isla de Tierrabomba. Los últimos segmentos añadidos a este cordón amurallado, son los fuertes que se erigieron en Bocachica y el muro de pedregal levantado en el sector de Getsemaní, luego de que obreros y artesanos de esa zona fundaran el barrio que hoy enamora a viajeros de todo el mundo.
200 años de trabajo arduo, realizado en su mayoría por esclavos llegados de África, y 4 siglos de historia en la que estos muros han sido testigos de diversas luchas y de la evolución y crecimiento de una Cartagena que con sangre y fortaleza se ganó su apelativo de Heroica. Una joya de arquitectura e ingeniería que hoy se mantiene como una pieza histórica viviente y que le aporta un encanto imposible de replicar a la fantástica Cartagena de Indias.